Reporte de coyuntura económica-Febrero 2022

Martes, 1 Marzo, 2022 - 12:30

Es sabido que Argentina terminó el 2021 con reactivación de los indicadores de actividad, incluso por encima de los niveles pre-pandemia en muchos casos. A partir de aquí sobrevinieron discusiones sobre si se trataba de reactivación genuina (entendida como una recuperación virtuosa de la actividad económica) o si en cambio estábamos en presencia de un rebote producto de la fuerte caída producida por los efectos del Covid a nivel mundial, sin motivos locales que expliquen un repunte tal de actividad (el ‘rebote del gato muerto’).

Aunque debemos esperar aún para decidirnos por alguna de estas alternativas, lo cierto es que la economía argentina terminaba 2021 recuperando niveles pre-pandemia, caracterizados por ser bajos como punto de comparación. También cierto es que, en ese contexto, el crecimiento acumulado del PBI (levemente superior al 10%) sorprendió al conjunto de analistas.

Ahora bien, también debemos remarcar que el comportamiento antes dicho presentó heterogeneidades entre las actividades económicas, con ciertos rasgos comunes a otras economías (la vulnerabilidad de los sectores vinculados al ocio y la restauración, la resiliencia del sector financiero) y con particularidades que estuvieron dadas por la fuerte recuperación de sectores fuertemente castigados en los años previos, como la construcción y la industria manufacturera.

Como veremos más adelante, estos repuntes encuentran buena parte de su explicación en la acción del estado dinamizando la actividad en sectores de rápida recuperación (construcción) y generadores de empleo genuino (industria manufacturera), lo que nos indica un probable sendero de estas actividades en los próximos años de gestión.

Cuando buscamos un marco de referencia internacional, encontramos que la heterogeneidad descripta se repite entre más de 30 países de la OCDE, donde los sectores de información y comunicación, finanzas y hotelería y turismo muestran comportamientos concordantes a las restricciones forzadas por la pandemia.

 

Panorama industrial - Argentina

Nos interesa destacar en este apartado la preponderancia de 3 puntos clave para comprender el desempeño del sector:

  • El magro punto de partida para la comparación
  • El proceso de sustitución de importaciones
  • El rol del estado como articulador del financiamiento Pyme

En cuanto al primer punto, ya se ha remarcado lo suficiente el deterioro que sufrió la industria argentina en los últimos años de la anterior gestión, sobre todo a partir del 2018, momento en que comenzó la caída del plan económico de gobierno. Es, sin embargo, destacable el desempeño de algunas actividades económicas como la automotriz y la maquinaria y equipos, impulsadas a su vez por otras variables.

Respecto del segundo punto, vale destacar lo sucedido en un sector con la importancia del automotriz en el tejido productivo nacional, que se despegó respecto de la variación interanual de otros países de la región y también de países desarrollados. Esto tuvo lugar, por un lado, por la menor dependencia de la industria local de la escasez de semiconductores que condicionó la producción del sector a nivel internacional, y por otro (y relacionado al anterior), al repunte que tuvo la participación de autos de producción local en el patentamiento dado en 2021, que, por otra parte, no llegó al bajo nivel de 2019.

En cuanto al rol del estado como articulador del financiamiento Pyme, vale la pena mencionar la importancia de programas de financiamiento industrial como el Fogar (garantías crediticias) y el Fondep, que no sólo ayudaron a mitigar los efectos de la pandemia sirviendo como rueda de auxilio a la financiación de capital de trabajo de la industria, sino que también posibilitaron la reactivación que marcan los indicadores de la actividad industrial, sector que más vio incrementado el stock de créditos en el cuarto trimestre del 2021.

Los datos muestran también el criterio de asignación sectorial de las asistencias, privilegiando sucesivamente a los diferentes sectores según fue teniendo lugar la reactivación productiva, marcada significativamente por la evolución de la pandemia. Es claro que el gobierno nacional le asigna al Ministerio de Desarrollo Productivo un rol clave en la dinamización de sectores específicos de la economía, vía dotación de recursos destinados a actividades con potencial de recuperación rápida, por una parte, y con potencial de generación de empleo y exportaciones, por otro.

No es menor el dato de participación de Pymes en el reparto de créditos por parte de la administración nacional. A diciembre de 2021, el 52,8% del total asignado correspondió a Pymes.

Así con todo, luego de un cierre de año auspicioso para la actividad económica en general y la industria en particular, enero presenta un freno al crecimiento ya descripto, en parte explicado por distintos fenómenos de extensión local e internacional que siguen condicionando a una economía vulnerable como la argentina.

Claves a tener en cuenta en los próximos meses

  • Evolución de la inflación en los países desarrollados: la expansión fiscal de las potencias para contrarrestar los efectos de la pandemia, son ahora puestos en cuestión a partir de la evolución de los índices de inflación, lo que puede generar alzas en las tasas de interés de referencia, ralentizando el crecimiento de la actividad y encareciendo también el crédito a nivel local. Frente a este último punto, será clave el sostenimiento local de programas de acceso al crédito a tasa subsidiada para la industria local.
  • El acuerdo con el FMI: la letra chica del nuevo acuerdo no distará seguramente de los lineamientos que acostumbra fijar el organismo internacional para los estados en los que interviene. Relacionado con el punto anterior, el BCRA aumentó las tasas de referencia para incentivar las inversiones en moneda local, en detrimento de las opciones que vinculan los rendimientos a la evolución del tipo de cambio.
  • La evolución de las tarifas: representan un costo importante en la cadena de producción industrial. Al mismo tiempo, el compromiso de Argentina con el FMI implicaría reducir el rojo fiscal para atender el desacople del precio final pagado por los consumidores del precio internacional del insumo. Esto será de difícil cumplimiento en momentos en que se desata un conflicto bélico entre importantes productores de petróleo y gas, con su consecuente impacto en sus precios.
  • La guerra entre Rusia y Ucrania, así como la creciente contención de la pandemia, tienden a revalorizar los commodities agrarios que forman parte privilegiada de la canasta exportadora argentina. El aumento de sus valores de referencia impactará en el precio local de los alimentos, reforzando al alza el IPC local. Las medidas de contención que el gobierno pueda poner en marcha a este respecto para desacoplar los precios internos de los internacionales pueden repercutir en las ya mencionadas tasas de interés del mercado y en el tipo de cambio.
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